Excursiones
hermosas, grandiosas, imborrables, las de Marlú
y Federico. ¿De
dónde sacarán el dinero para tantas salidas?, preguntaban algunos.
Sí, pero más de
una vez en el límite mismo. Como en nuestro viaje con un VW Gacel a Santa
Victoria para contemplar en su iglesia la famosa representación a tamaño
natural del Matamoros. Santiago Apóstol Matamoros, esto es.
En el regreso
para volver por la altísima Abra de Lizoite a La Quiaca nos precedía en el
camino, a corta distancia, la pick up semanal que llevaba y traía mercaderías,
garrafas de gas, correspondencia y
algunos pasajeros encaramados sobre la caja.
En el Gacel
íbamos cuatro: Marlú, el Coya Sixto “Toqo” Vázquez Zuleta, Pussi y Federico.
A medio camino
nos topamos con un obstáculo que pareció infranqueable: un camión cargado con
objetos muy pesados que estaba varado desde la noche anterior bloqueando todo
el camino de una sola huella.
El conductor de
la camioneta, experto, se bajó, observó la situación y sentenció: “Para salir
de aquí hay que pircar”.
Pero para poder
pasar, primero había que empujar el camión, que entre los presentes demandó de
todos, a una altura de cuatro mil metros, un esfuerzo físico descomunal. De
cualquier modo logramos apartar la mole dos o tres metros y arrimarla a la
pared. El conductor de la pick up enseguida empezó a pircar agregando unas
piedras a la barranca.
Quedaban
centímetros de luz para pasar. Marlú se bajó, y Pussi por las dudas también. No
sobró ni la palma de una mano, pero pasamos sin rayar el Gacel ni
desbarrancarnos.
El paisaje
grandioso nos recompensó en parte, así el diminuto poblado de Lizoite y algún
gaucho que vimos rindiendo silencioso homenaje en la solitaria tumba de un
compañero.
Tengo para mí
que ese día el Matamoros nos protegió.
Santiago
Matamoros
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En el borde: “Toqo” da
indicaciones para que me arrime lo más posible al camión
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Un vistazo
desde arriba al minúsculo y solitario caserío Lizoite
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Silencioso
homenaje
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Que fenómeno Toqo Zuleta tengo un libro autografiado por él, un hombre auténtico de la Quebrada y la Puna. Excelente entrada, seguramente gracias a ese pircado habrán pasado varios más!!!
ResponderBorrarMaravilloso
Abrazo.
Axel